Entrevista
al Profesor Paolo Boccato
Docente de
Anatomía Patológica y de Citodiagnosis de la
Universidad de Padua.
1-Profesor
Boccato, ¿como y cuando ha intervenido en el estudio
de la cura, que después ha sido declarada milagro por
intersección de Don Orione?
En el 2001 fui interpelado por una opinión del Profesor
Ezio Fulcheri, anatomopatologo de la Universidad de Génova
y sucesivamente por Don Flavio Peloso, Postulado General de
la Causa de canonización del Beato Don Orione, relativamente
por un problema interpretativo de diagnosis citológica
sobre algunas pericias resaltadas en 1990 pertenecientes a
un paciente, el señor Pierino Penacca, que en esa época
se lo había adjudicado afecto por un tumor maligno
pulmonar que lo estaba llevando a la muerte.
Examinados los preparados citológicos (exámenes
de células), afortunadamente recuperados a distancia
después de tantos años, non tuve duda alguna
que se declarara una neoplasia maligna del pulmón,
pero sugerí un diagnóstico de tumor de “alto
grado”, seguramente ya insinuado, que habitualmente
implica una prógnosis dolorosa a corto plazo y que
se diferenciaba por fase y definiciones histopatológicas
por cuanto interlocutoriamente ya propuesto por otros colegas
Patólogos, lo que había implicado dudas y perplejidad
sobre la gravedad de la enfermedad y sobre la irrevesibilidad
de la misma.
2- ¿Es exactamente clara la inexplicabilidad
científica sobre la cura?
Yo tengo la absoluta certeza que en 1990 el señor Pierino
Penacca (el cual fue sometido en aquel momento a alguna aliviada
terapia sintomática por la tos, la hemoptisis (hemorragia
pulmonar caracterizada por la expectoración de sangre)
y el estado pre – agónico) era afectado por un
“cáncer pulmonar, necrótico de grandes
células ampliamente derramables” . Tal neoplasia
, inequivocablemente documentada por los análisis de
células e improvisamente desaparecida (clínicamente
y en todos los sucesivos controles clínicos, radiológicos,
y anatomopatológicos) y ha demostrado un comportamiento
que no puede en algún modo ser explicado en términos
médicos.
3- ¿Usted, como hombre de ciencia, como ha
visto este caso clínico desde el aspectos espirituales?
Yo no soy un hombre de ciencia, la pregunta es demasiado cortes:
me considero, como mis Colegas Citopatológicos, un
anatomopatólogo que estudia al microscopio las modificaciones
morfológicas celulares en las diferentes enfermedades,
nosotros definimos por consiguiente estas enfermedades sub
especies morfológicas y la nuestra no es una ciencia
sino, si me permite, el arte (ligado a la experiencia) de
identificar correctamente una neoplasia (y no solo una neoplasia),
definir sino “nombres y apellidos” , y formular,
sobre la base de los datos de la literatura médica,
criterios de comportamientos futuros de la misma, en otras
palabras una prognosis.
El caso clínico del cual tratamos, en el cual he estado
profundamente vinculado, ha sido para mí, médico
morfológico, visto en la certeza del diagnóstico,
le aseguro tal vez formulada a la primera ojeada microscópica
pero, ciertamente, profundamente meditada, el cual ha correspondido
sucesivamente al convencimiento favorable de muchos colegas
interesados en el caso.
El aspecto espiritual, sobre el cual tantas voces religiosas
competente se han favorablemente expresado después
del voto (por unanimidad) de la Consulta Médica, ha
ciertamente profundamente marcado el animo de quien le habla,
y estoy muy agradecido a Quien ha querido que un morfologo,
como yo, haya tenido la ocasión de profundizar y humildemente
meditar sobre “como” una enfermedad mortal pueda
ser improvisamente curada: todo esto, verdaderamente tiene
para mí un privilegio, colmado de dudas e incertezas
de mi pasado.
Entrevista
al Profesor Ezio Fulcheri
Profesor de Anatomía e Histología Patológica
de la Universidad de Génova y de Paleontología
de la Universidad de Torino
1-
Profesor Fulcheri, Usted ha seguido el caso como Perito de
la Postulación, ¿ha sido fácil la marcha
del examen científico de la cura del Señor Pierino
Penacca?
Fácil no. Sobre todo no inducir en error a la humanidad
del juicio de la Consulta Médica lograda al final.
Sobre la cura no había dudas; sobre la terapia el documento
fue insistente; la atención fue puesta sobre todo en
el diagnóstico. El diagnóstico de la neoplasia
maligna era fundada esencialmente sobre los exámenes
citológicos, además se confirmaba de otras manifestaciones
clínicas como astenia, tos, disnea, decaimiento de
las condiciones generales, anorexia, merma de peso. La Consulta
Médica pide una mas profunda investigación citologica
para confirmar con certeza el diagnóstico de la enfermedad.
En efecto, la citopatologia diagnóstica es probadora
y verdadera para el diagnóstico. Fue en este punto
donde yo fui consultado.
2- ¿Y Usted a que conclusión llegó?
Recuerdo bien la postura con la cual me dispuse al estudio
microscópico: debería encontrar si acaso fuera,
la prueba de que la neoplasia era maligna y que era ya en
estado de invasión por lo tanto irreversible. Encontré
las señales de la enfermedad y de la invasión,
que documenté con fotografías y filmaciones:
presencia de mitosis atípicas, de detritos celulares
necróticos, de abundante estado inflamatorio y de hematomas
típicas del sangrado en el acto. Un similar juicio
fue dado, y repetido varias veces, también por el profesor
Aranldo Capelli, de la Universidad Católica del Sagrado
Corazón de Roma, perito consultado por la congregación
vaticana.
3- ¿No quedaban dudas entonces?
Aún mas resolutoria fue la investigación conducida
por un ilustre maestro de citología, el Profesor Paolo
Boccato de Padua. El, de un lado, ha confirmado el diagnóstico
citológico maligno, y esto en acuerdo con todos los
precedentes diagnósticos, pero sobre todo ha precisado
el histotipo de la neoplacia mostrando, con convincentes documentos
fotográficos del microscopio, tratarse de un “carcinoma
de grandes células indiferenciadas” , este tipo
de neoplacia maligna es infiltrante y no prevee precursores
de forma iniciales “in situ”. La regresión
espontánea, clínica y citomorfológica
de tal lesión, sin alguna terapia – como sucedió
en el caso del señor Penacca- , no resulta explicable
en términos médicos. Esto ha deshecho cada duda
por lo cual la Consulta Médica se ha pronunciado por
unanimidad a definir la enfermedad de Penacca “carcinoma
pulmonar vastamente infiltrante”, con “con prognosis
dolorosa quoad vitam” y “terapia inexistente”,
por la cual “la cura rápida, completa y duradera,
no es explicable científicamente”.
4- Gracias por la clara explicación del caso
desde el punto de vista médico. ¿Qué
sentimientos ha probado desde el punto de vista humano al
tratar este caso clínico sabiendo el contexto de fe
y devoción dentro del cual se colocaba?
El patólogo es llamado, en el campo médico,
a reconocer y describir las enfermedades, como se presentan
y como evolucionan normalmente. Su profesionalidad se basa
sobre la evidencia de las cosas y sobre la habilidad interpretativa
de eso que ve, vale decir sobre la objetividad. En un caso
como el de Penacca, me he encontrado en la condición
de no poder explicar científicamente la evolución
de la enfermedad, al contrario, de tener que negar la existencia,
en un tiempo sucesivo. Tomás debes tocar para creer,
para mí se ha dado el caso de tener que reconocer que
no existía mas en un tiempo sucesivo eso que había
visto ser precedentemente.
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