La llegada de Don Luis Orione a nuestro país hace 100 años, marcó el inicio de una obra de fe y amor que fue recibida con profundo cariño y apoyada con generosidad fraternal por la sociedad argentina. Ese sentimiento recíproco hizo de Argentina la segunda patria de Don Orione.
Durante estos 100 años, muchísimas personas ayudaron a escribir la historia de la Familia Orionita en nuestro país, con su presencia, su oración, su colaboración.
Pinceladas de esa larga, rica y maravillosa historia las compartimos aquí.

Padre, hermano, pastor y protagonista destacado de buena parte de la vida y la historia de la Obra Don Orione en nuestro país, el P. Roberto Simionato nos desafía a reflexionar como Familia Orionita para actuar en las fronteras de la caridad del siglo veintiuno.

En el marco del cierre de los festejos del Centenario de la llegada de Don Orione a la Argentina, el Equipo Coordinador nos cuenta los preparativos y detalles de la jornada histórica que viviremos en la Basílica de Luján.

De los primeros días de Don Orione en suelo argentino se sabe que no se quedó quieto. Entre otras cosas, hace su primera visita a los Hijos de Don Bosco en Bernal, provincia de Buenos Aires. Mirá el post en nuestra web y conocé los detalles de la historia esta noche a las 22 hs. en el vivo por IG en @pastoraljuvenilorionita.

“Es el centro y el comienzo de una cruzada para expresar el amor y la misericordia de Dios”. Las palabras del P. Maximino Pérez durante la inauguración del templo parroquial de Victoria, vislumbraban que a partir de ese pequeño templo entregado a Don Orione y sus religiosos, la fe en Victoria se irradiaría a buena parte de la sociedad argentina, que arropó con generosidad y afecto a la Pequeña Obra de la Divina Providencia.

Don Orione se hace presente en el tiempo a través de sus “hijos”. Hijos que siguen a Jesús al modo de Don Orione. En el cierre de nuestras "Historias de vida y compromisos orionitas", compartimos la cariñosa despedida a tres docentes que, como tantos y tantas a lo largo de 100 años, asumieron la tarea de "sembrar a Jesucristo en los jóvenes".