fbpx

Francisco y Don Orione, un solo corazón

Francisco y Don Orione un solo corazon

 

El 13 de marzo se cumplen diez años del Papado de Francisco. De sus gestos y palabras surge una pregunta: ¿es Francisco un Papa orionita?

Por P. Roberto Simionato

 

Cuando monseñor Jorge Bergoglio era arzobispo de Buenos Aires, siempre que nos visitaba subrayaba la claridad del carisma de Don Orione por su cercanía y servicio a los pobres; y nos decía que estuviéramos orgullosos del estilo de vida que quiso para nosotros. Mirando hoy las prioridades y consignas de sus 10 años de pontificado, podemos decir que no era un simpático elogio para nosotros, sino también su mismo programa.

Si repasamos los gestos y palabras del papa Francisco encontramos total sintonía con Don Orione, con llamativas coincidencias. Tan solo hojeando su primer mensaje “Evangelii gaudium” –La alegría del Evangelio– se pueden encontrar algunos párrafos que parecen el eco de las palabras y acciones de Don Orione.

EG 25. “...lo que trataré de expresar aquí tiene un sentido programático y consecuencias importantes.
Don Orione se propone: "Fatigar y sacrificarse con cada obra de misericordia espiritual y corporal para desparramar y acrecentar el amor de Dios y del Papa.... con la actuación del programa papal."

 

Francisco y Don Orione un solo corazon

 

 

Veamos a continuación solo algunas consignas:

 

Jesús en el centro.

EG 266 No es lo mismo haber conocido a Jesús que no conocerlo, no es lo mismo caminar con Él que caminar a tientas, ... Sabemos bien que la vida con Él se vuelve mucho más plena y que con Él es más fácil encontrarle un sentido a todo. Por eso evangelizamos.
DO "¡Hijos míos, vivamos en Jesús!... ¡Vivamos de Jesús! ... ¡Vivamos para Jesús! ¡Todos y todo por Jesús; nada fuera de Jesús, ¡nada que no sea Jesús, que no lleve a Jesús, que no respire a Jesús!"

 

La misericordia.

Francisco señala enseguida el rumbo de su pontificado proclamando el año de la misericordia. EG 114: La Iglesia tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida buena del Evangelio.
DO: “Que nunca olvide que el ministerio que se me ha confiado es ministerio de misericordia, y sepa tener yo para con mis hermanos pecadores un poco de esa caridad infatigable que tantas veces tuviste para con mi alma, oh Dios grande en misericordia”.

 

La Iglesia en salida, abierta a todos: fuera de sacristía.

Don Orione quería ser el cura de los que no van a misa, Francisco nos impulsa a las periferias. EG 46: La Iglesia «en salida» ... a veces es como el padre del hijo pródigo, que se queda con las puertas abiertas para que, cuando regrese, pueda entrar sin dificultad.
DO. "El sacerdocio tiene por finalidad la salvación de las almas; y muy especialmente, debe buscar a las que se alejan de Dios y se pierden.
Por tanto, presérvame, Dios mío, de la funesta ilusión, del engaño diabólico de creer que como sacerdote tengo que ocuparme solamente de los que concurren a la iglesia y a los sacramentos, de las almas fieles y las mujeres piadosas".

 

Tocar la carne de Cristo.

EG 270: A veces sentimos la tentación de ser cristianos manteniendo una prudente distancia de las llagas del Señor. Pero Jesús quiere que toquemos la miseria humana, que toquemos la carne sufriente de los demás. EG 80: No vivir como si los pobres no existieran.
DO: “En nombre de la Divina Providencia, he abierto los brazos y el corazón a sanos y a enfermos, de toda edad, de toda religión, y de toda nacionalidad: junto con el pan material, hubiera querido darles a todos, pero especialmente a nuestros hermanos más sufridos y abandonados, el divino bálsamo de la Fe."

 

Francisco y Don Orione un solo corazon

 

Una intimidad itinerante, oración y servicio.

No solo la oración con las manos juntas, sino también con los brazos arremangados.
EG 23: “La intimidad de la Iglesia con Jesús es una intimidad itinerante”.
DO: “Muchas veces he sentido a Jesús junto a mí, muchas veces lo he como entrevisto a Jesús en los olvidados y en los más desvalidos. En el más miserable de los hombres brilla la imagen de Dios”.

 

Basta de palabras, es hora de la acción

EG 96...nos entretenemos vanidosos hablando sobre «lo que habría que hacer» –el pecado del «habriaqueísmo»– como maestros espirituales y sabios pastorales que señalan desde afuera.
DO: "Buscar y curar las heridas del pueblo, buscar sus dolencias...Vayamos al pueblo. Es necesario que nos despertemos. Evitar las palabras; tenemos los bolsillos llenos de palabras."

 

No seamos catastróficos, Cristo vence en su infinita misericordia.

84. Los males de nuestro mundo –y los de la Iglesia– no deberían ser excusas para reducir nuestra entrega y nuestro fervor. Mirémoslos como desafíos para crecer. Además, la mirada creyente es capaz de reconocer la luz que siempre derrama el Espíritu Santo en medio de la oscuridad, sin olvidar que «donde abundó el pecado sobreabundó la gracia».

DO "¡Somos Hijos de la Divina Providencia, y no nos desesperemos, sino confiemos mucho en Dios! No seamos como esos catastróficos que creen que el mundo termina mañana; la corrupción y el mal moral son grandes, es verdad, pero considero, y creo firmemente, que el último en vencer será Dios, y Dios vencerá en una infinita misericordia."

 

Ir al pueblo, a los pobres.

EG 268- 274 El gusto espiritual de ser pueblo... Queda claro que Jesucristo no nos quiere príncipes que miran despectivamente, sino hombres y mujeres de pueblo. Ésta no es la opinión de un Papa ni una opción pastoral entre otras posibles; son indicaciones de la Palabra de Dios tan claras, directas y contundentes que no necesitan interpretaciones que les quiten fuerza interpelante. Vivámoslas «sine glossa», sin comentarios.
DO: "Quede, por lo tanto, bien determinado, que la Pequeña Obra,... ES PARA LOS POBRES, en los cuales ve y sirve a Nuestro Señor Jesucristo y quiere fundamentar su acción en la humildad (CC, 5)."

 

Y así podríamos seguir por la religiosidad popular, la devoción filial a María, a san José... Y su acción constante en sus diez años de pontificado, que se refleja en la búsqueda de los últimos: comenzado por su primer viaje a Lampedusa, para denunciar el cementerio del Mediterráneo; hasta el reciente viaje al Congo y Sudán para mostrar la expoliación de las riquezas, señalando el infame negocio de la guerra que provoca hambre y miseria con millones de muertos y refugiados.

Entonces, por qué no reflexionar en nuestras comunidades sobre estos paralelos entre Francisco y Don Orione. Y, por qué no, sumarles otros más, buscando descubrir esas facetas que hacen que este Papa nos recuerde a Don Orione.

 

TOP