¡Don Orione ya ha vivido nuestro futuro!

Don Orione ya ha vivido nuestro futuro

 

(04/04/2022) Carta del Padre Tarcisio Vieira, Superior General de la Obra Don Orione, a sus cohermanos. “Les escribo a finales del mes de marzo, en el que celebramos el dies natalis de San Luis Orione y la Solemnidad de San José, ambos “hombres de sueños”, pidamos al Señor “la gracia de saber soñar, ¡siempre buscando la voluntad de Dios en los sueños!” (Papa Francisco).

 

Roma, 31 marzo 2022

¡Don Orione ya ha vivido nuestro futuro!
Queridos cohermanos,

A finales del mes de marzo, en el que celebramos el dies natalis de San Luis Orione y la Solemnidad de San José, ambos “hombres de sueños”, pidamos al Señor “la gracia de saber soñar, ¡siempre buscando la voluntad de Dios en los sueños!” (Papa Francisco).
Os escribo el 31 de marzo para señalaros que quedan sólo dos meses para el comienzo del Capítulo. Se acerca, pues, el momento en que “los legítimos representantes de la Congregación” se reunirán para soñar que ésta “siga fiel al Evangelio, al espíritu del Fundador y que, dócil al Espíritu Santo, responda a las necesidades de tiempos y lugares” (Const. 138).

El Capítulo, en efecto, es el lugar privilegiado de los “sueños”, pero no es el lugar de los “soñadores”, según una sutil distinción que hizo el Papa Francisco en una homilía sobre san José: él era “el hombre de los sueños, pero no era un soñador, no era un fantasioso”. “La diferencia es sustancial – continúa el Papa – un soñador es el que está en el aire y no tiene los pies sobre la tierra”. José, en cambio, “tenía los pies sobre la tierra… estaba abierto, dejaba que la palabra de Dios se cumpliera allí, en el sueño, en su libertad, en su corazón abierto. Él entendió y llevó a cabo ese sueño. Sin fantasía: el sueño real, porque él no era un soñador: era un hombre concreto”. (Cfr. Papa Francisco, Meditaciones diarias, 18/12/2018).

Para afirmar lo mismo de Don Orione – “hombre de sueños”, pero no “soñador”-, bastaría mencionar el sueño de Virgen del Manto Azul que “proyectó en el espíritu de nuestro Padre Fundador una límpida seguridad con respecto al posterior desarrollo de su actividad para la salvación de la juventud, que acaba de comenzar con el Oratorio Festivo” (Cfr. DOPO I, 768).

Recordaréis, queridos hermanos, que el dinamismo del sueño estuvo muy presente en la metodología de preparación del Capítulo y lo estará también durante su realización. A una primera etapa, resumida en el verbo DESCUBRIR, siguió la etapa del SOÑAR, en vista de la tercera, el PROPONER líneas concretas de acción para la misión de la caridad.

La etapa metodológica de SOÑAR fue motivada de la siguiente manera en el Cuaderno Personal: “El discernimiento anterior (DESCUBRIR) te inspiró a desear nuevas metas. El Espíritu Santo que actúa en nosotros te empuja a superar tus limitaciones humanas y te lanza a horizontes divinos. Ahora, debes identificar los puntos de referencia para continuar el itinerario. Está la Palabra de Dios, el ejemplo y las palabras del Fundador y de muchos hermanos heroicos, las enseñanzas de la Iglesia y del magisterio del Papa Francisco. Estos te hacen soñar. Sin embargo, existiría el peligro de que el sueño se quede en algo abstracto y teórico. Entonces, tienes que transformarlo en una historia concreta, y para ello, puedes utilizar algún episodio de la Biblia y de la vida de Don Orione. Es el momento narrativo”.

Al acercarse nuestra cita en Montebello della Battaglia, es hora de reflexionar sobre nuestra misión allí y de acoger las siguientes palabras del Papa Francisco (cf. Ritorniamo a Sognare, p. 11). Son palabras escritas en un contexto diferente al del Capítulo, pero nos sirven, ¡y cómo! Para nosotros, el Capítulo “Es el momento de soñar en grande, de repensar nuestras prioridades -lo que valoramos, lo que queremos, lo que buscamos- y de comprometernos en las cosas pequeñas, de actuar según lo que hemos soñado. Lo que yo estoy sintiendo en este momento se parece a lo que Isaías escuchó decir a Dios dentro de él: «Ven y discutámoslo. Empecemos a soñar».” O decir con Don Orione: Ven y “¡Arrojémonos en el fuego de los tiempos nuevos!”.

La Vida Religiosa necesita crecer en “Visión”

Durante la Precapitular, al examinar los aportes de los Capítulos y Asambleas provinciales, se notó la necesidad de prestar más atención e investigar mejor el paso metodológico de “Soñar”. Esta será probablemente una tarea del Capítulo.

Encontrando, más tarde, a Don Rino Cozza, religioso de los Josefinos de Murialdo, conocido escritor italiano sobre la Vida Religiosa, junto a Don Oreste Ferrari, conversamos sobre los diferentes pasos del método, en vista de su posible presencia en nuestro Capítulo. Nos ha sorprendido su palabra en referencia justamente a la cuestión del “soñar” como una carencia actual de la vida religiosa. Al final, quiso ofrecernos uno de sus escritos, en fase de elaboración, precisamente sobre el tema: “La vida religiosa necesita crecer en la ‘visión’ ”. He aquí algunos párrafos.

“En la Biblia – escribe Don Rino Cozza – la palabra” visión “a menudo va acompañada de la palabra “sueño “. Esta es una categoría muy querida por el Papa Francisco, quien en la encíclica Evangelii Gaudium dice: “yo sueño con una Iglesia…” y luego continúa describiendo una “visión” que es capaz de orientar hacia una forma de “vida-juntos” que hoy no se da por lo que se hace en conjunto, sino por compartir una “visión” con aquellos que en el sustantivo “sueño” no ven los contornos irreales de la ilusión, sino el deseo, la expectativa, el empuje hacia algo evangélicamente nuevo que se espera que suceda”.

“Para poder reorientar el proceso de desarrollo – continúa el autor – la vida religiosa necesita ahora más pensamiento y nuevas ‘visiones’, sin las cuales perderá toda tensión de proyecto. La consecuencia es hundirse en la ciénaga de las opciones de pequeño cabotaje [navegación en aguas poco profundas], para acabar ya sin poder abrir paso a la luz de nuevas visiones, capaces de cultivar el deseo. Es decir que, para todo modelo arcaico, llega el momento de ser sentido como artificial, es decir, que todo objetivo tiene significado si acepta de inmediato estar perenemente en evolución”.

Y nuevamente: “Es hora de repensar una Vida Religiosa que, para ser un llamado para todos y cada uno a salir al encuentro de los hermanos en humanidad, tenga la mirada y los sentimientos del mismo Cristo. Pero para ello necesita pasar de lo que le sirve a sí misma (a la VR), cerrada en los sistemas de vida clerical-conventuales, a lo que aporta a la vida de los cristianos. Por lo tanto, no es oportuno cultivar una espiritualidad sin una verdadera inmersión en el territorio, siendo que los religiosos por vocación son personas enviadas para una presencia que no tiene como objetivo la identificación con un “servicio” o con una institución, sino a la opción de querer ser entre la gente promotores de las relaciones comunitarias. Su compromiso entonces es darle al Evangelio, en su esencialidad, la plenitud de credibilidad a través de parábolas de vida vivida en comunidad, en las que las personas vuelven a contar más que los principios abstractos”.

En conclusión…

Dentro de nuestra dinámica de trabajo capitular, la dimensión del sueño, de la visión, tiene un valor estratégico. El riesgo sería tomarlo como una parte a completar sin comprender su valor apostólico-carismático. Si no somos capaces de soñar de forma correcta y valiente, como sugería don Rino, corremos el riesgo de tomar decisiones correctas, desde el punto de vista de la lógica, pero carentes de ese espíritu carismático que empujaba a don Orione a atreverse más, a ir más allá de los tiempos, para intentar algo nuevo, a fin de alcanzar ese alto ideal que su santidad le indicaba como meta única de su vida. Recordemos al Fundador: “Los tiempos corren velozmente y han cambiado bastante, y nosotros, en todo lo que no toca a la doctrina, a la vida cristiana y a la Iglesia, debemos ir y caminar a la cabeza de los tiempos y de los pueblos, y no a la cola, ¡y no andar a la rastra!” (Carta I, 251).

Días atrás, en el camino litúrgico de Cuaresma, escuchamos el pasaje bíblico de José – él también, el hombre de los sueños – y sus hermanos que, por envidia, lo arrojan a una cisterna (Gn 37, 8: “lo odiaron todavía más a causa de sus sueños y sus palabras”). ¿Y nosotros? ¿Tendremos que tirar nuestros sueños, nuestros deseos, nuestras altas metas en una cisterna? ¿Qué lugar le damos a los hermanos que sueñan? En éste nuestro tiempo, debería ser legítimo soñar, no para escapar de la realidad, sino para despertar la creatividad y la audacia. Esto nos da la posibilidad de realizar una hermenéutica orionista, práctica y carismática “como hijos” (Cfr. F. Peloso, Ermeneutica Orionina per conoscere Don Orione “Da Figli”; Messaggi n. 130)

Sigue siendo actual y significativo, en particular porque fue escrito el 31 de mayo de 1986, en preparación al IX Capítulo General el siguiente llamamiento del P. Ignazio Terzi: “Me parece oportuno, por lo tanto, recomendar a todos, pero especialmente a los Padres Capitulares, una “mens carismática”, es decir, una profunda conciencia de su misión providencial en este momento histórico de nuestra vida como Congregación”. “Miramos nuestra vocación como garantes de una fidelidad rigurosa a un carisma precioso pero frágil, portador de una carga de genuina novedad en la vida espiritual de la Iglesia, ideando también ingeniosas nuevas experiencias eclesiales en la docilidad al Espíritu Santo, creador por naturaleza. En primer lugar, sintámonos completamente orionitas”. He subrayado el verbo “idear”, es decir, encontrar con la mente, reflexionando o imaginando. ¡Exacto, Soñando!”

Cuando decimos que nuestro ideal y nuestro sueño es “Ser Don Orione, hoy”, es soñar sus sueños, no estamos profesando una vuelta al pasado, sino invocando su espíritu para lanzarnos al futuro. No queremos quedarnos a analizar los hechos en sí, sino el paradigma de la caridad a través del cual fue capaz de interpretar estos hechos y darle respuestas. Es el paradigma que queremos para que nos permita también a nosotros, vivir la fidelidad al carisma con creatividad. Por eso podemos decir que “Don Orione ya ha vivido nuestro futuro”.

Quedan dos meses para el Capítulo. Los invito a reformular las preguntas ya abordadas en el recorrido Precapitular:

  • ¿En qué sueños le gustaría a Dios verte participar?
  • Don Orione, ¿qué hubiera soñado ver realizado por nosotros?
  • ¿Qué recorridos e iniciativas quieres proponer para que la Congregación abrace nuevos estilos, formas y fronteras de la profecía de la caridad?

Háganlo objeto de reflexión y discusión con algunos cohermanos -quizás como grupo de delegados de la Provincia- para que, durante el Capítulo, puedan Uds. aprovechar de la mejor manera este momento tan importante de nuestro método de trabajo. Si quieren, también puede anticipar sus pensamientos o propuestas con un correo electrónico.

Que la Santísima Virgen nos ilumine y acompañe en este camino que nos pondrá a sus pies en el Santuario de la Guardia de Tortona, el próximo 31 de mayo. En ese momento festivo, cantaremos: “¡Bajo tu amparo nos acogemos, Santa Madre de Dios!”.

En unión de oraciones, especialmente por la paz en el mundo,

P. Tarcisio Vieira
Superior general

Más novedades

“Arrojémonos al fuego de los nuevos tiempos.”

El P. Tarcisio Vieira anunció la Asamblea General de Verificación que se celebrará en Claypole, del 24 de octubre al 2 de noviembre de 2025. “animando a toda la Familia a caminar con renovada confianza y entusiasmo.”

Mirar hacia lo Alto y descender a la tarea cotidiana

Con una jornada cargada de espiritualidad y compromiso, culminó la XI Asamblea General del MLO. Los participantes provenientes de todo el mundo, cerraron este significativo encuentro reforzando su identidad y su vocación de servicio.