(06/10/2025) Itatí – Queremos compartir con toda nuestra Familia Orionita y la comunidad una inmensa alegría. En el Pequeño Cottolengo Don Orione de Itatí, Corrientes, celebramos un doble milagro de la caridad: Rodrigo y Blanca ya están disfrutando de sus nuevas y necesarias sillas de ruedas posturales hechas a medida.
Un logro que superó las expectativas
Hace un tiempo, la Casa Orionita lanzó una campaña enfocada inicialmente en conseguir la silla especial para “Rodri”, un joven de 17 años que reside en el Cottolengo.
La respuesta de la comunidad fue providente y superó todas las expectativas. A la ayuda que recibimos de instituciones amigas, como la Lotería Correntina, y el apoyo logístico de Expreso Damonte (quien donó el traslado), se sumaron cientos de donaciones particulares.
Gracias a esa generosidad inicial y al apoyo constante de nuestros bienhechores, la alegría se multiplicó: no solo logramos la silla de Rodri, sino que pudimos concretar el segundo gran objetivo: la renovación total de la silla de Blanca.
Blanca y Rodri: La caridad como oportunidad de vida
Para ambos, estas sillas posturales son una herramienta esencial para su desarrollo pleno:
- Blanca Ruiz Díaz: Con 63 años y 48 de ellos en el Cottolengo de Itatí, Blanca ha encontrado un espacio para desarrollar plenamente sus potencialidades. Gracias a su nueva silla, participa activamente en talleres de Cocina, Manualidades y Actividades de la Vida Diaria, demostrando que la vida es un proceso constante de crecimiento y superación.
- Rodrigo Ramírez: El joven llegó al Cottolengo hace más de 5 años. Pese a las dificultades, “Rodri” encontró un hogar seguro y amoroso. La silla es un apoyo esencial para participar en talleres de Multiestimulación y Actividades de la Vida Diaria, mejorando su confianza y potencial.
Esta doble adquisición significa más independencia y posibilidades reales para ellos. Cada aporte, grande o pequeño, hace una diferencia palpable.
El corazón de la caridad en Corrientes
El Pequeño Cottolengo Don Orione de Itatí es una obra de amor ininterrumpida que, con 57 años de vida, atiende a personas con discapacidad intelectual y motriz severa y profunda. Siguiendo el carisma de San Luis Orione, la Casa ha sido un hogar donde actualmente sus 36 residentes reciben atención integral, terapias y el afecto de una gran familia, buscando garantizar su dignidad y desarrollo pleno.
Poder contar con estas dos sillas, es la prueba viva de lo que decía nuestro fundador: “Solo la caridad salvará al mundo.”
En nombre de Rodri, Blanca y toda la Familia Orionita, damos nuestras gracias más profundas a todos los que los apoyaron.