
(16/05/2025) Cada 16 de mayo, la Familia Orionita celebra con gratitud los años transcurridos desde la canonización de San Luis Orione, un hombre cuya entrega y caridad siguen siendo un faro de esperanza para quienes buscan transformar la sociedad con amor.
Un corazón entregado a los más necesitados
San Luis Orione nació en Italia en 1872 y desde una edad temprana mostró una profunda vocación por servir a los más pobres y marginados. Su vida estuvo marcada por una fe inquebrantable y un compromiso absoluto con la caridad, fundando la Pequeña Obra de la Divina Providencia, congregación que continúa su legado de amor y asistencia a los más vulnerables.
Su visión de la santidad trascendía los límites de la Iglesia. Para él, la santidad no debía restringirse al culto religioso, sino irradiar luz sobre toda la sociedad. En una de sus reflexiones más recordadas, expresó:
“Tenemos que ser santos, pero no tales que nuestra santidad pertenezca sólo al culto de los fieles o quede sólo en la Iglesia, sino que trascienda y proyecte sobre la sociedad tanto esplendor de luz, tanta vida de amor a Dios y a los hombres que más que ser santos de la Iglesia seamos santos del pueblo y de la salvación social.”
La Familia Orionita en Argentina: Un legado vivo
La obra de San Luis Orione llegó a Argentina con la misma fuerza y convicción que él imprimió en su misión. La Familia Orionita, integrada por sacerdotes, religiosas y laicos comprometidos, continúa su legado, dedicándose a la educación, la asistencia social y el trabajo pastoral en comunidades, colegios y hogares para los más necesitados.
El Padre Roberto Simionato, quien era Director General de la Obra en el momento de la canonización, pronunció una frase que sigue resonando en el corazón de la Familia Orionita: “Lo mirarán a él, nos mirarán a nosotros.“
Estas palabras reflejan la responsabilidad de quienes siguen los pasos de San Luis Orione. Su canonización no solo es el reconocimiento a su santidad, sino también un llamado a quienes hoy representan su legado: la gente no solo mirará la vida y obra de Don Orione, sino también cómo aquellos que lo siguen viven sus enseñanzas.
Un llamado a la acción
La celebración de la canonización de San Luis Orione no es solo un recuerdo de su vida, sino una invitación a continuar su misión. Su mensaje sigue vigente: la santidad no es un estado reservado a unos pocos, sino un camino de servicio y transformación social.
Su legado inspira a la Familia Orionita a ser “santos del pueblo” , llevando luz y esperanza a quienes más lo necesitan.